Contenido

Infinitas gracias doy a quien lea mi super historia. La dividí de la siguiente manera:

  1. El Útero: Inicio de la Matrix
  2. Las primeras Contracciones: Esculpido moral y cosmológico
  3. El Parto: la Universidad, la idea de Revolución y la Permacultura
  4. Aprendiendo a Caminar: el Nuevo Sendero

Es el viaje de un re-nacimiento. Buen viaje, y muchas gracias por acompañar.

1. El Útero: Inicio de la Matrix

Mis padres; la piedra angular de la historia. Ambos de la VI Región de Chile; Bruno de Pichilemu y Julieta de Santa Cruz, de familias con oficios muy humildes. Casados ya hace 33 años, y gracias al buen sustento económico que logró mi padre con sus estudios universitarios en informática durante los años 70, tuvieron 5 hijos: Caro, Bruno, Yo, Javi y Juli, la más pequeña. Nos llevamos por muy poco, siempre fuimos un muy buen grupo de juegos cuando éramos chicos, y de carretes cuando crecimos. En la casa nunca nos faltó nada, ni siquiera hacernos cargo de nosotros mismos. Había siempre alguien que lo hiciera; nanas, Jardín infantil, educación Pre-básica, Básica, Media y panoramas juveniles en la iglesia para todos. Tampoco se habló de contextos históricos, sociales o políticos. Se nos estaba iniciando en un mundo nuevo para seguir el camino del éxito en la ciudad y su libre consumo, lo más lejos posible de lo que vivieron ellos antes de conocerse.

De niña me gustaban las actividades artísticas del jardín, del colegio de niñas y de la iglesia; bailes, coros, gimnasia rítmica, alianzas, campamentos. Los grandes que estaban a cargo mío, siempre decían que yo era espontánea, entretenida, brillante y hasta rompe-corazones. Sin embargo, en mi casa comencé a sentirme como una oveja negra, queriendo hacer cosas que mi familia veía extrañas. Además, como estaba entre 2 hermanos grandes y 2 más chicas, muchas veces tenía roles muy poco claros: el ejemplo para las más chicas, y aprendiz de los más grandes. Muchas veces fui mal ejemplo; muchas veces no aprendí bien de mis hermanos. Ese rol lo definía mi mamá, lo acreditaba mi papá y lo aprendíamos todos los hijos. Así es como el Sistema educa a los padres, y éstos a sus hijos, y así es como estamos hoy.

2. Las Contracciones: Esculpido moral y cosmológico

Si bien mis padres me dieron todo lo que quise tener, me di cuenta de que las veces que me negaban algo eran asuntos muy personales míos. Como a los 9 quería ser actriz y me dijeron: “¿qué? ¿Actriz? Puro las manosean o se exhiben desnudas para que todos las vean. ¿Y qué vas a hacer cuando seas vieja y fea? ¡Nadie va a querer verte actuar!” Yo no entendía mucho por qué decía eso en verdad, pero sentí una gran vergüenza de querer ser eso.

Mucho tiempo después, quizás en 8vo básico, pensaba en ser arquitecta; me gustaba dibujar, paciencia infinita, era buenísima en técnico manual y artes plásticas, pero el lado derecho de la educación me decía todo lo contrario: “necesitas ser un genio de las matemáticas, imposible con ese promedio; te va tan mal!”. Y bueno, después de una profunda tristeza y frustración, desistí convencida de que no era capaz.

Como a esa misma edad, me dio por cantar. Muy motivada por varios logros en el rubro, le conté a mi mamá que quería perfeccionarme, pero tampoco le gustó: “¿para qué?, ¿una academia de canto? ¿Estás loca?, déjalo como hobby y preocúpate de estudiar y subir las notas.” Me puse triste de nuevo, hasta que tiempo después, tuve un profesor de música que armó un coro. Fue un total descubrimiento, una apertura de mente; fui consciente de mis cuerdas vocales, diafragma, respiración, paladar, lengua, oídos y tanta otra cosa más que influye en la voz. Creo que ese simple descubrimiento, me incentivó a ser más persistente con mis ideas, y que no podía vivir solo de la versión que me decían mis papás o cercanos acerca de la realidad; sentía que muchas veces se equivocaban, pero no estaba muy segura.

Y así me la pasé toda la enseñanza media; descubriendo partes de mi cuerpo, coleccionando hobbies, pero sobre todo aburrida de tantos “no, cómo se te ocurre”. Me sentía sumamente enojada y frustrada. Me irritaba todo y peleaba mucho con todo el mundo. Comencé a encerrarme en mi pieza, muchas veces a llorar por lo desgraciada que me sentía; no lograba encantar a mis papás con nada que hiciera. Siempre buscaba en ellos algo de aceptación y valoración aplicándome en alguna cosa que me gustara mucho, pero claramente esperaba mucho de ellos. Me perdí en mi pieza; me ensordecí escuchando música gritona y de poca luz; me identificaba con los cantos líricos y femeninos lastimosos y de baja frecuencia; una verdadera lata.

Por ese tiempo conocí la danza del vientre y me refugié en ella incluso hasta ahora. Me costaba poco avanzar, me gustaba mucho descubrir movimientos nuevos, expresiones nuevas de mi cuerpo, y sentía que era muy buena, a pesar de que el ambiente era un poco superficial y muy fantasía. Teníamos varias presentaciones. Mis papás fueron un par de veces, pero nunca se entusiasmaron mucho. Esta vez, no me importó mucho, y me sentí libre de seguir avanzando. Seguí tomando clases y seminarios, presentando aquí y allá, en busca de un ambiente que me gustara más.

En el 2006 terminaba 4to medio y la única opción era más clara que el agua; mi padre, la Caro y el Bruno ya habían dado el ejemplo y era mi turno. Me preparé para la PSU sin ninguna expectativa. Todo ese año dije que estudiaría Derecho en la Universidad de Chile; no sé si tuvo mucha fe en mí, pero mi mamá estaba muy contenta con mi decisión. Por otro lado, mucha gente intentaba decirme que no “metiera las patas”, que eso no era lo mío, que tenía mucho talento para otras cosas. Pero seguí adelante, porque no quería decepcionar a mi familia. No sentí la prueba como un desafío; ni se compara con la preparación, los nervios y la emoción antes de salir a actuar, cantar ni mucho menos al bailar. Cuando vi que no me dio el puntaje, me di cuenta de que lo que realmente quería era tener la razón y pelear por ello ¡Qué fome!  Finalmente, le dije a mi papá “no quiero que pagues tanta plata por una carrera que dudo mucho que me guste. Prefiero una más baratita y así cambiarme no es tan terrible”. Eso fue todo y sin haber escuchado nunca antes acerca de esta carrera, entré a Administración Pública en la USACH el 2007.

3. El Parto: la Universidad, la idea de Revolución y la Permacultura

Entré a un mundo tan distinto, que no podía creer en la burbuja que había estado viviendo. Nunca viajaba más de 30 minutos en micro o metro y ahora me tomaba por lo menos 1 hora en llegar. La mayor diferencia era la situación económica. Entré a la universidad más estatal del momento, impregnada de una historia sociopolítica desconocida para mí, en la que todos hacían sus trámites de créditos y becas, mientras que a mí, en la cuna de oro, mi papá me lo pagaba todo. Muchos de mis compañeros no tenían mucha plata, pero tenían otras cosas: relaciones increíbles con sus familias, historias de barrio, opinión crítica, sabían de libros, música, teatro, arte, historia, política, etc. Me gustaba pasar tiempo con ellos, sobre todo después de clases, así que llegaba muy tarde a la casa durante la semana.

Abrí los ojos y comencé a cuestionarme muchas cosas. Entendí que vivía en la abundancia máxima gracias a que mi papá había logrado la tan anhelada movilidad social, y que yo solo tenía que mantener e incluso aumentar ese nivel. De pronto sentí que mi vida estaba hecha: estudiar una carrera, meterme a trabajar con una buena ropa, conseguir auto, casa, marido, hijos, buena jubilación y morir encajonada en un parque, pero nunca me detuve a considerar otra opción de vida. Fue la locura; ¿realmente no hay otra opción para vivir esta vida?

El 2008 conocí a Pablo, que venía recién integrándose a la carrera. Él era mucho de lo que yo no era, y viceversa. Descubrí lo perversa que era esta sociedad y todo aquello que la manipulaba. Comenzamos a sentir una necesidad increíble de salirnos del sistema; lo veía tan lejano, pero tan posible. Por mientras, la comunidad estudiantil completa se movilizaba. Entre tanta demanda, el valor del pasaje estudiantil subía de precio como 10 o 20 pesos. No sé qué tenía el Pablo, que conversábamos de algo y al tiro salía con una buena solución; fue el primero en cambiar el pasaje de metro a $190 y toda esa lucha, por la Bicicleta ¡Independencia inmediata por una módica suma! Rápidamente todos nos cambiamos a la Bici. Liberación y felicidad máxima. Esta fue la primera época de matar varios pájaros de un tiro: actividad física, endorfinas, ahorro, absoluto control de tus tiempos de transporte, adrenalina y libertad en solo 2 ruedas.

Nuestra relación nunca fue del agrado de mi mamá; no le gustaba su aspecto, su procedencia, su ropa, sus lugares, así que no pasó mucho tiempo para que los problemas en mi casa comenzaran a agravarse aún más de lo que ya se habían agravado con mis nuevos hábitos, amistades, actitudes y discursos. Varias veces no llegué a la casa por seguir carreteando, o por irme a su casa. Por primera vez sentía que hacía todo lo que quería hacer, y mi carácter y energía se fortalecían cada vez más. Aprendí a ser más independiente y luché contra viento y marea por defender mis posturas, mi libertad de expresión y de vivir mi vida. Mis papás me llamaban “rebelde” como si fuera un verdadero insulto; nunca lo superaron. En clases, observé cómo las Instituciones educativas transfieren la denominada Doctrina del Shock, y no podía creer que siguieran esa odiosa pauta al pie de la letra desde la Dictadura. No le creía a ningún profesor y prefería no entrar a sus clases; me daba una rabia incontenible oírlos describir el correcto funcionamiento del Estado como mecanismo de una sociedad tan subdividida e infeliz. La crítica al sistema económico corporativista, la economía solidaria y el cooperativismo, junto con teorías acerca de la piratería inglesa, historia de la ciencia moderna y física subatómica, incrementaron mi descontento con la educación universitaria que estaba recibiendo.

Descubrí en mí una capacidad de abstracción de la Matrix que me permitió transmutar muchos traumas. Pasé de ser totalmente dependiente de la aprobación de mis padres y las instituciones, a sentir compasión por ellos de vivir una realidad creativa tan apagada.


En el 2010 fue el año de la catarsis. Por un lado, la danza del vientre se transformó en una herramienta de expansión y conexión de mi energía femenina con la de la Madre Tierra; moverme como ella, ser ella al momento de conectarme con la energía uterina; ser la tierra y todos los elementos al activar esa consciencia. Descubrí el yoga y la meditación, lo que me permitió unirme aún más a la Madre, al Todo. Comencé una dieta vegetariana, conocí la iridología, dejé el alcohol, los medicamentos, los trasnoches, las mañanas cortas y tiempo después, también las pastillas anticonceptivas, las compresas higiénicas para la menstruación. Comprendí muchas cosas acerca de ser mujer y los ciclos que implica serlo. Descubrí la Permacultura como única forma de Revolución posible; ya no más destrucción del Sistema y toda esa cultura enojada, denunciante y marchante. Ahora había que pensar distinto; crear, soñar, conquistar el Planeta diseñando y construyendo el Paraíso en todos los rincones.

4. Aprendiendo a Caminar: el Nuevo Sendero: el Nuevo Sendero

Estuvimos todo el mes de enero del 2011 en El Manzano; hicimos el PDC trocando 2
semanas de voluntariado. Todo resonaba; era llevar al mundo material todo el trabajo interno de sanación, meditación y conexión con la Naturaleza. No cabían dudas; todo podría tener ese enfoque, era perfecto (hay foto del diploma, pero tengo que conseguirla). Muy emocionada, salió la idea de seguir la travesía; volvimos a Santiago con el Pablo para cambiar la ropa de la mochila, conseguir algo más de plata y volver rumbo a El Bolsón para el Bioconstruyendo 2011. Ese fue otro alumbramiento de consciencia.

Terminó febrero, comenzó marzo y con él toda la lucha interna de seguir o desertar de la educación formal. Pablo desertó y se fue a vivir la Permacultura a la parcela de sus papás en San Vicente de Pucalán, mientras que yo estuve al borde de perder el juicio muchas veces. Mis artesanías, la Bici, el Yoga, la Danza y mi relación con Pablo se volvieron fundamentales para conservar el temple y convertir la Universidad y los enfrentamientos dramáticos con mis papás en oportunidades para poner en práctica la nueva Consciencia. Toda mi familia sintió el cambio, e intentaban comprender qué me había pasado. Al principio mi comunicación fue un total desacierto, pero tuve tiempo para canalizar de mejor manera mi energía. De todos, la Juli, mi hermana más chica, comprendió mucho de lo que hablaba y tiempo después comenzó a tener los mismos síntomas de desaprobación sistémica. El resto de mis hermanos aprobaba lo que hacía, siempre y cuando no alterara el bienestar de mis papás.

Disminuyeron algunos problemas con mis papás relacionados con mi agresividad y algunos hábitos. Durante 2011 y parte del 2012 fue mi intento por tener un jardín comestible, mientras mis papás me decían siempre que podían que sacara luego la carrera y que dejara de tontear con tierra. En el mismo tiempo, Pablo avanzaba sin prisa y sin pausa en la construcción de sistemas en la parcelita de sus papás. Lo más urgente: subsanar la sequía y escases de agua con un baño seco y cisterna de ferrocemento para captación de aguas lluvia. David De la Torre, Sophie y Federico López se fueron a trabajar con Pablo después de El Bolsón. Yo viajaba casi todas las semanas a trabajar con ellos. Fueron viajes muy entretenidos y llenos de aprendizajes transformadores.

Entendí que los miedos que tenían mis padres eran suyos, que siempre nos vimos reflejados en ellos, que siempre nos habíamos hecho cargo de ellos y que yo no quería seguir haciéndolo. Iba a colaborar en la medida en que pudiera y no hiciera cortocircuito en mí, pero no sería mi prioridad; lo mío era el cambio de paradigma y cosmovisión. Al principio, esto sonaba como una herejía para mis otros hermanos, pero con el tiempo entendieron e hicieron sus propios intentos por liberarse de esos miedos.

Comenzaba ya mi último año de Universidad y con él un movimiento muy potente de creación colectiva. Me entusiasmé a formar parte del equipo de trabajo en la Cooperativa Los Juncos que había iniciado la familia de Pablo el 2007. La idea 2.0 era clara: trabajar en proyectos que se orientaran a la sustentabilidad a partir de la Permacultura. Me tocaba hacer práctica y tesis para terminar Administración Pública, por lo que mi trabajo se limitó a organizar y gestionar mejor la plataforma de trabajo que creamos en Google. Compramos el dominio losjuncos.cl y cada uno obtuvo su correo institucional. Creamos una realidad organizacional en base a conceptos de la economía solidaria, la flor de la Permacultura y la pirámide de Sterling.

A mitad de año participé en logística e implementación del proyecto de domo en Fau Fest, gestionado por Cristóbal. Fue una muy buena oportunidad para poner en práctica lo de los emprendimientos permaculturales. Salió todo muy bien; generó remuneraciones para los participantes y herramientas para el propio emprendimiento. Luego se repitió esta experiencia con la oficina UC Sustentable de la Universidad Católica, con otro taller pero esta vez forrado con PVC. Con estas actividades, entendí la importancia de las herramientas que había aprendido durante mi carrera; comprendí que por más desagradable que sea el funcionamiento de las Instituciones y sus burocracias, es de vital importancia dominar todas las herramientas que existen para controlar presupuestos, tiempos y recursos de cualquier proyecto. Fue muy bueno en verdad darme cuenta de que había estudiado alguna cosa relacionada con los errores que cometimos. Por la misma época, fui al taller piloto de Manejo de Proyectos de Ronald Systek, que me ayudó mucho a definir mi rol, ordenar mi energía y todas las líneas que estaba trazando con los proyectos colectivos.

Desde abril hasta noviembre, por un día a la semana, tomé un diplomado en la USACH de Educación para el Desarrollo Sustentable. Muy bueno el contenido que entregaban; cifras y datos súper interesantes acerca del cambio climático, leyes pro explotación de la Tierra, eventos específicos sobre tratados de libre comercio, grupos activistas e informativos, etc. Muy interesante. Terminamos en noviembre con un proyecto grupal enfocado a la investigación y recuperación de sitios eriazos públicos para la implementación de huertos comunitarios y esparcimiento cultural. El plan piloto comenzó en La Florida, la comuna en que vivía en Santiago. Funciona de maravillas: convoca a niños, jóvenes y adultos, producen alimento, hacen hoyas comunitarias, ciclos de cine, talleres artísticos, charlas, etc. Muy motivados.

Se acercaba el tiempo de entrega de seminario de título y tuve que concentrarme en eso. A pesar de todo el esfuerzo, fue un proceso que disfruté mucho, tanto por la compañera de trabajo que tuve, como la catarsis de ideas que se me venían a cada rato. Fue un desafío en términos de que quien revisaría nuestro trabajo, tenía un enfoque bastante economicista de la vida; había que enamorar al dragón. Llamado “Administración Pública y el Desarrollo Sustentable: Percepción de los estudiantes de pregrado de la carrera Administración Pública de la USACH, acerca de su formación y desafíos”, para nosotras fue un éxito; tocamos un tema con los estudiantes que conocían poco, les interesaba mucho, y que en 5 años de carrera no se mencionó nunca. Aún tenemos el sueño de introducir el tema en Administración Pública en la USACH.

 

En Litueche conocimos al equipo de Servicio País, que se motivó mucho con lo que hacíamos. Nos invitaron a trabajar con ellas en unos talleres de Biodiversidad para escuelas rurales unidocentes de Litueche. Fue mi primera experiencia educativa con niños. Entendí que los niños solo quieren jugar, y que los grandes no los dejan. Es más, los grandes quieren que los niños sean grandes lo más pronto posible, y mutilan su creatividad, opacan su energía, los vuelven agresivos, es terrible. Fue un éxito para nosotros.

 A punto de entregar el seminario y defender, Gaby Gómez, parte del equipo de trabajo de Los Juncos Permacultura, gestionó el diseño de un proyecto de Responsabilidad Social Empresarial con la empresa Geo Operaciones de su papá, en Copiapó. Ya ANAMURI, Copiapóhabíamos diseñado nuestra forma de trabajo, de manera que un Gestor de proyecto que consigue un contacto de trabajo, recluta al equipo de trabajo entre los miembros del proyecto Los Juncos y se llevan a cabo reuniones para definir roles, tareas, planificaciones etc. Para esta oportunidad Gaby reclutó a Camilú y a mí. Trabajamos en el diseño de 72 horas de talleres en 9 días, para mujeres trabajadoras de escasos recursos pertenecientes a la organización ANAMURI. Uno de los aprendizajes más profundos fue que en realidad son las Mujeres las que sacan adelante a las familias. Los maridos trabajan, pero las Mujeres, además de trabajar igual que sus maridos, son las que organizan y administran la economía y recursos del hogar; siempre saben lo que falta, lo que se cocina, lo que se compra, lo que va quedando, etc. Con la ética de la Permacultura siempre presente, y todos los talleres que facilitamos, fueron experiencias que en muchos casos revolucionaron la forma de hacer y ver las cosas en los hogares de estas señoras. A cambio de eso, recibimos amor y cariño infinitos, además de un buen honorario. Descubrí que cuando las mujeres sanan sus problemas domésticos de formas creativas y acordes a la ética de la permacultura, se regeneran, al igual que la Tierra. Muchas de ellas llevaron a sus maridos para que vieran los sistemas que habíamos construido, para que los replicaran en sus casas según sus propias necesidades. Fue un éxito.

Cuando llegué a Santiago, mis papás se asombraron con toda la historia. Para ellos era como un logro estéril, porque no tendría un sueldo estable; fue el colmo de los colmos. Después de mucho tiempo de pensarlo, les comuniqué la decisión de irme a vivir con Pablo, en San Vicente de Pucalán, Litueche, VI Región, a soñar en familia, trabajar concentrados y disfrutar de nuestros logros sin tanto pesimismo electromagnético cerca de nosotros. Ahora estábamos más cerca para trabajar, con los amigos que se mudaban por el sector. Ahora somos todos vecinos, y logramos el sueño de trabajar por un cambio de paradigma y cosmovisión del mundo, partiendo por la pequeña localidad de San Vicente de Pucalán.

Durante Febrero y Marzo de 2013, trabajamos de nuevo con las chicas de Servicio País en talleres de construcción de cisternas de captación de aguas lluvia. Lo más importante de esta experiencia es que, además de los honorarios, la planificación de proyectos debe incluir por lo menos un experto o uno de los implementadores. La logística de los talleres fue terrible, lo que nos sobrecargó de trabajo y esfuerzo.

Como equipo de trabajo hemos logrado definir nuestros servicios y productos en el corto, mediano y largo plazo, en función de nuestras experiencias de implementación. Sin embargo, por un lado está todo el trabajo de investigación activa en diseño y agricultura regenerativa que se lleva a cabo en la parcela de los papás de Pablo. Este proyecto se llama “La Quebrada de Mawün Ko”, ya que tiene un par de quebradas producto de la erosión natural y funciona(rá) gracias a pura “agua lluvia”, en mapudungún. Aquí vive Pablo, Alejandra, su madre Hilda y yo. Todo lo que se investigue e implemente aquí, es un potencial servicio y fuente de ingresos/inversión de la Permacultura. Aquí están todos los emprendimientos individuales que cada uno desee desarrollar, y que pueden ser comercializados a través de la Cooperativa de trabajo.

Y por otro lado, están los proyectos en común que salgan con el equipo de trabajo de Los Juncos Permacultura. Elaboramos una programación de talleres y actividades de Ecoalfabetización para cada pétalo de la Permacultura, y que están ordenadas en nuestra plataforma de Google Drive: Programa de Ecoalfabetización “La Semilla”. Es un gran trabajo que nos ayudó (y aún lo hace) a sistematizar todos los conocimientos, oficios y sueños que poseemos a nivel colectivo.

Y esa es mi vida. Hoy trabajo en el huerto a diario, junto con la familia Mawün Ko para producir la mayor cantidad de vegetales y hierbas posibles; elaboro desodorantes naturales y joyería artesanal en macramé y metales para la venta; diseño un deshidratador y Biofiltro para la casa; evalúo la rentabilidad de las inversiones en sistemas autónomos; participo con las mujeres rurales de San Vicente de Pucalán en un taller de telar mapuche; gestiono clases de danza del vientre para las mujeres del sector; co-diseño el proyecto Casa de Salud y Enseñanza Pucalán; co-asesoro la contrapropuesta de la planta de tratamiento de aguas servidas por Lodo Activado y el proyecto de compostaje para Navidad; y finalmente, me nutro, participo, colaboro, observo y contengo -energética y emocionalmente- el trabajo de diseño regenerativo que construimos en el Centro experimental de Permacultura a escala familiar, la Quebrá de Mawünko, San Vicente de Pucalán.

Muchas gracias.

Mis padres y hermanos

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Comments

jenny fractala
28 March 2013, 17:23

Querida Katy:

Me impresiona tu intensidad, gracias a eso nunca hubieras logrado lo que ahora estás logrando. Tu amor por la vida y por aquellos en los que te reconoces, gracias por tu experiencia, ha sido muy conmovedor leerte, era como escucharte. Te felicito por poder tener el valor de enfrentar tu infancia y aceptar en cierto momento tu desconocimiento de muchas cosas que pasaban a tu alrededor. Me alegro por tí. Bueno ahora voy a hacer el formato de evaluación, siento si me ha tardado en hacer esto, resulta que tuve dos dìas continuos de trabajo y un dìa de resfrìo. cariños katy

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