"No hay nada más práctico que una buena teoría"

(Se lo escuché a Andrew Langford durante la orientación del Diplomado en Pc. Aplicada en El Manzano el 2011)

Para esta sección necesitaba un texto de análisis y reflexión basada en algunos referentes teóricos. Sé que me excedo en extensión y que no es fácil de leer y que algunos se sentirán ofendidos por tanto bla bla, pero decidí no ponerlo como un anexo, porque a pesar de las posibilidades de otros medios, tenemos que seguir intentando escribir buenos textos. Hoy 6 de septiembre aún no esta concluido y espero terminarlo durante el proceso de evaluación.

Nubes en el cerro Cotun

Buscando patrones de comprensión de los sistemas vivos

 

Cuando pienso en ecoalfabetización, la entiendo como experimentar íntimamente con cuerpo y mente nuestro estar vivos como personas, como sociedades y como el gran cuerpo de la Tierra. Para ello es esencial identificar y asimilar los procesos que son comunes a los diferentes niveles de los sistemas vivos en la “Trama de la Vida”, es decir buscamos patrones que describan o evidencien relaciones dentro y entre estructuras vivas, en nosotros mismos y en nuestro mundo. El patrón es una configuración de relaciones, “El estudio del patrón es crucial para la comprensión de los sistemas vivos, puesto que las propiedades sistémicas – como hemos visto – emergen de una configuración de relaciones ordenadas” Capra, 1996. Ecoalfabetizarnos es entonces vivir en coherencia con estos patrones que sustentan la estabilidad de toda la red de vida....menuda tarea.

 

¿Existen esos elementos esenciales que podemos tomar como fundamentos metaculturales de cualquier comunidad humana sustentable futura? ¿Hablamos de leyes energéticas del mundo físico, como las de la Termodinámica?, ¿Hablamos de regenerar los lazos sociales? ¿o hablamos de un nuevo y abarcador sentido de espiritualidad? Buscamos las reglas del gran juego, a las que debemos respetar para no generar sufrimiento y permitir la realización de todos los seres.

 

Pero esto no se trata sólo de conceptos. Condicionados culturalmente a mirar lo que nos distingue o nos separa del ambiente, no nos experimentamos como “siendo el mundo”, sino como mirando el mundo desde fuera. Nuestro lenguaje es parte de nuestra ceguera. Ken Wilber explica cómo nuestra mente opera como un cartógrafo que básicamente se dedica a hacer distinciones o a establecer fronteras para poder interactuar con el ambiente. Nuestro problema es que creemos que esas fronteras son reales, que son propiedades sustanciales del mundo.

 

En este escrito me propongo comentar algunas ideas* con las que me he ido encontrando en la búsqueda de aquello que realmente es esencial en la comprensión de la vida y que por lo tanto debe ser la médula de un curso de formación Ambiental o de sustentabilidad. Nuestra tarea de ecoalfabetización es, por lo tanto, la de aprender una nueva forma de “experimentarnos” desde los patrones comunes a todo sistema vivo.

*Capra comenta que la mente piensa con ideas y las ideas producen información, no al revés. Las ideas son patrones integradores que no derivan de la información, sino de la experiencia. Eso muestra la futilidad del culto a la información como lo fundamental en educación.

 

Voy a incluir dos referentes para mí relevantes: uno es la Permacultura como conjunto de principios derivados de la observación de la naturaleza y de las culturas tradicionales, y por otro lado la propuesta que sintetiza Fritjof Capra de los principios de operación de los sistemas vivos, tal como los desarrolla en su libro “La Trama de la Vida” de 1996. No podré evitar comentar la síntesis de principios que realicé a partir de muchas fuentes difíciles de identificar, con motivo del 1° Diálogo para Una Vida Sustentable del 2016, pero que no pueden negar la influencia de la práctica del Budismo Zen, entre otras experiencias, conversaciones y lecturas. Este recorrido será como el ejercico de “ampliar” con reflexión personal un mapa con herramientas útiles para la tarea del gran giro.

 

La Permacultura me hizo consciente de cuán importante e invisible ha sido la influencia de la teoría de sistemas en mi visión del mundo. Surgida antes de mi nacimiento (1966), formó parte de mi acervo cultural inconsciente, supongo que producto de muchas lecturas en mi etapa universitaria, en que estaba muy abierto a absorber formas más holísticas de pensar. Miré fotocopias de manuales de Permacultura desde 1996, hasta que la estudié en el 2002 (Chile) y 2003 (PDC en Argentina). Encontraba geniales aquellos dibujos de sistemas naturales y productivos, los paisajes naturales tejidos con estructuras humanas, formaban una belleza nueva para mi. Hasta ese momento creo que mi visión era más corriente, de una oposición entre una naturaleza bastante idealizada y el mundo humano como un cáncer que todo lo devora. Hay una íntima conección verdad-belleza, una certeza instantánea que nos convence sin argumentos.

 

Lo primero que estudié en Permacultura con el nombre de “patrones”, eran las síntesis formales de estructuras que se tienden a repetir en la naturaleza, formas que pueden abstraerse hasta cierto punto y que se relacionan con procesos de movimiento de materia y energía en el mundo vivo y “no vivo”. Peter Bane me regaló un número de su “Permaculture Activist”, en que hay un artículo dedicado a los patrones. El de ramificación que distribuye y conduce fluidos, ejemplificado en una cuenca fluvial o en los capilares sanguíneos. El de espiral, relacionado con el crecimiento de caracoles y ciertos vegetales, también ha sido excesivamente usado como metáfora del aprendizaje humano. El patrón de esfera, típico de frutos, células, semillas y la misma tierra, nos lleva al principio de todo. El de lóbulos, el de dispersión, etc. Recuerdo que me fascinó el tema y para el curso que dicté en el 2003 en la ULS, tomé un set de diapositivas con ejemplos de aquellos patrones. Sin embargo ahora veo que mi comprensión estaba muy limitada a las formas materiales visibles.

 

Sin duda los principios de diseño, que eran la otra parte de la Permacultura también respondían a patrones de cómo las cosas, naturales y humanas, suelen funcionar bien. Un muy buen ejemplo es el de “punto clave”, el Key point. Se refiere a que, en un rango de transición entre dos polos, siempre hay un punto donde se obtiene la máxima eficiencia entre los extremos. Recuerdo ejemplos relacionados con niveles de complejidad tecnológica: entre una piedra de moler y un molino industrial automatizado, un pequeño molino tal vez impulsado por viento o energía metabólica humana, da el máximo de rendimiento con el mínimo de inversión y capacidad autónoma de mantención y reparación. Otro era la ubicación óptima de un estanque para acumular agua en una pendiente: arriba da gran energía potencial para tener presión, abajo recojo más agua.... Este principio trasciende la forma física y tal vez es adecuado para tomar decisiones de otro orden, como de organización social o económica. Se vincula con el dilema de la escala en que ocurren las cosas, o en la que diseño mis soluciones. Volveré luego a este tema de la escala.

 

Tal vez lo que más me quedó de todo esto es que la Permacultura, trata acerca de diseñar las relaciones y no los elementos, esa parte era muy rara para mi mentalidad de diseñador profesional convencional. No es que el diseño profesional no lo hubiera visto, varios autores dentro del diseño convencional también incorporaban la mirada sistémica a sus proyectos. No olvidemos que uno de los inspiradores del diseño basado en patrones, Cristopher Alexander, autor de “Pattern Language”, también es un referente esencial del diseño convencional, a través de su libro “ Notas sobre la síntesis de la forma“ de 1964 en que enfatiza que un problema de diseño es en realidad el problema de la relación entre la forma y el contexto, como si se trataran de una especie nueva en un ecosistema....mirada sistémica. Aún así seguía pensando que mi trabajo principal era diseñar objetos para resolver problemas. Así opera nuestro sistema productivo y nuestra cultura: hay un problema, lo resolvemos creando un producto, si ello genera nuevos problemas, creamos nuevos productos.

 

En esta época (2003) quienes dictaban el curso, integraron los principios del libro de Holmgren que estaba recién editado en inglés. Curiosamente los doce principios fueron presentados como doce etapas de una “rueda de la acción permacultural”, un pulso de energía que se inicia con observar e interactuar y culmina con responder creativamente al cambio. Hasta ahora no comprendo ese enfoque.

 

Más tarde llegó la versión de Holmgren de los principios de diseño. Es una comprensión que me parece intelectualmente brillante, a pesar de que sé que ha sido destilado de muchos años de práctica en terreno. Creo que algunos de sus principios están planteados para facilitar su aplicación práctica, como un consejo práctico, sin mayor abstracción. Por ejemplo no menciona el concepto de “Ciclo”como principio, que para Capra es básico, pero el funcionamiento cíclico de los ecosistemas esta presente en los principios 2, Captura y almacena energía, ya que enfatiza la forma en que se mueve la energía y la materia en la naturaleza y cómo acumularla y cosecharla oportunamente, y también es clave en el principio 6 “No producir basura”, que esta nombrado en términos muy concretos, pero que alude a cómo usar cada cosa de la forma más eficiente y alargar su ciclo de vida para reducir el derroche.

 

Comento los principios aparecidos en el libro “Permacultura, principios y senderos más allá de la sustentabilidad del 2002 y editado en Argentina en español el 2012.

 

El primer principio de diseño es, por supuesto Observar, pero ¿qué es observar?

La definición que recibí en ese curso del 2003 me fascinó y estaba dentro de una definición más amplia de diseño:”Diseño es un proceso de entrar en comunión con y expresar (y volverse) la sabiduría del paisaje incluido el ser humano” Creo que ese “entrar en comunión con” expresa una forma profunda de percepción e interacción que se requiere durante todo el proceso de diseño y no sólo como el primer paso de una secuencia lineal.

 

Como lo veo ahora observar es iniciar una dinámica relacional con un contexto.

Holmgren lo amplía: “Observa e interactúa” y trata de la forma en nos vinculamos con nuestro entorno. La permacultura habla de “leer el paisaje”, pero este incluye muchos seres y lo humano, por lo tanto no miramos con nuestros ojos individuales, usamos los ojos de muchos. Aquí cobra sentido el uso de estrategias participativas de mapeo de un contexto. Los sistemas sociales también responden a los principios de organización de los sistemas vivos: somos redes de conversaciones que se autoorganizan permanentemente. Otra manera radical de plantearlo es la del maestro Budista Thich Nhat han “La vida es sólo una. No necesitamos cortarla en pedazos y llamar a uno de los trozos “yo”. Lo que denominamos “yo” esta hecho de elementos que no son yo. Cuando nos fijamos en una flor, por ejemplo, podemos pensar que es diferente de las cosas “no flor”. Pero cuando miramos de una forma más profunda, vemos que todo en el cosmos esta en esa flor. Una flor no puede existir sin todos los elementos que son no flor: la luz del sol, las nubes, la tierra, los minerales, el calor, los rios, y la conciencia. Por eso el Buda enseña que el yo no existe. Tenemos que descartar todas las distinciones entre yo y no yo. ¿Acaso alguien puede trabajar por la protección del entorno sin esta intuición?.” art “El sol, mi corazón” en Lecturas Budistas II, 1998

¿quién observa el paisaje? Para Maturana (citado por Capra en La Trama de la Vida) la percepción no es la representación de una realidad externa, sino la creación continua de nuevas relaciones en el interior de la red neuronal. El “interactuar” de Holmgren equivale al proceso de vivir y conocer, constituido por la percepción, la emoción y la acción (más que pensamiento).

 

En el principio 2 “Captura y almacena energía” nos aclara en qué consiste la verdadera riqueza.

 

En el tercero, “Obtén un rendimiento” hasta dónde vale la pena perseguir el rendimiento y la eficiencia en el uso de los recursos. Aquí también esta planteado de otra forma el principio ya citado del “Punto clave” de eficiencia entre los extremos.

 

En el cuarto principio, “Aplica la autoregulación y acepta la retroalimentación” la importancia de mantenerse vinculado y relativamente cercano a las consecuencias de nuestra acción o consumo de recursos, para poder autoregularse. Una manera de conectarse con la naturaleza puede ser sentir los límites de un recurso y adecuarse a él, como a cuánta agua caliente puede proveer un calefactor solar en invierno, o cuánta leña puedo cosechar de mi sitio sin mermar en el largo plazo la biomasa de árboles. Me conmovió que Holmgren enfatiza que el más alto nivel de evolución cultural humana la constituyen aquellas culturas tradicionales que gracias a sus principios de autoregulación, pudieron mantenerse por extensos períodos de tiempo sin deteriorar significativamente su base de recursos locales.

 

En el quinto principio “Usa y valora los servicios y recursos renovables” Es un llamado al sentido común, a que es en los sistemas naturales donde se ha obtenido la máxima eficiencia de funcionamiento....a veces queremos inventar la rueda de nuevo, pero sin ver los verdaderos costos de una tecnología.

 

Uno de los criterios más interesantes que nos dió Peter Bane en Argentina en el 2003 es una categorización de los tipos de tecnología en función de su balance energético. Las primeras son las degenerativas, que requieren energía para su mantención, se rompen y gastan, por tanto debemos usarlas lo menos posible (autos, tv, construcciones, E° nuclear, etc), el segundo tipo son las tecnologías generativas: se deterioran con el tiempo, pero ayudan a crear otros recursos, hay que usarlas sólo lo necesario (sistemas de energía renovable, libros, buenas herramientas, etc), y la tercera son las regenerativas que se reemplazan a sí mismas sin energía adicional, por lo que hay que usarlas lo más posible (valores culturales, educación, plantas, recursos biológicos en general). Esta categoría es consistente con el 5° principio de Holmgren de Usar y valorar los servicios y recursos renovables.

 

El sexto principio “No producir basura” Plantea la paradoja de que es la abundancia energética y los bajos costos de muchos productos (incluidos los alimentos), los que promueven el derroche. Su análisis de la importancia de la mantención de todo sistema y nuestra ceguera actual al respecto es elocuente. En épocas de bonanza económica pocos piensan en reparar sus zapatos, en crisis, El oficio de reparador de calzado es valorado y prospera.

 

Masanobu Fukuoka es un inspirador del movimiento de Permacultura. Leyendo acerca de su experiencia y testimonio, observo que la manera en que desarrolló su camino de aprendizaje tiene en sí un gran principio de diseño: él se planteó “¿y si dejo de arar?” “¿Y si no abono el terreno?” y así creó una agricultura del no hacer, es decir lo contrario a como actúa la ciencia y tecnología moderna que es añadiendo sistemas de control cada vez más agresivos e intensivos en energía. Al reducir al mínimo posible el control y la intervención humana en el sistema natural, fue confiando cada vez más en la fuerza natural de la vida. Mi colega de Educación Carlos Calvo tomó este principio y escribió el artículo “Educación y naturaleza: el fluir de los procesos” sobre la propensión natural a apreder de los seres humanos haciendo la analogía con la Agricultura Natural de Fukuoka: “La analogía con los procesos educativos es clara, aunque desquiciante para muchos: dejar que la naturaleza haga lo suyo, atendiendo que el educador debe provocar en el momento y lugar adecuado, tal como Fukuoka siembra sobre las espigas maduras de arroz” (Ahora, hacia la regeneración social y ambiental del planeta”, editado por Gabriela Fernández, Ecoaldea el Romero, 2005.

 

El principio de Diseña desde los patrones a los detalles nos recuerda que la escala en la que nos enfocamos (en todas las etapas de un proceso de diseño) es una condición primordial que puede cambiar radicalmente las reglas del juego e incluso separar diferentes “niveles de realidad” como lo expresa Basarab Nicolescu “La aparición de al menos tres niveles diferentes de realidad en el estudio de los sistemas naturales- el nivel macrofísico, el nivel microfísico y el ciber-tiempo-espacio (al cual se podría agregar un cuarto nivel, el de las supercuerdas unificando todas las interacciones físicas) es un gran acontecimiento en la historia del conocimiento” Se podría argumentar que actuamos siempre en la escala macrofísica, nunca a nivel atómico, pero no existe un nivel de realidad privilegiado desde el cual uno es capaz de entender todos los niveles de realidad. Son bordes y no fronteras lo que comunica estos diferentes mundos.

Esto me recuerda un asunto que siempre me ha apasionado, que es el de los umbrales óptimos de escala para sistemas ecológicos, sociales y económicos. Max-Neef justamente llama “teoría del umbral” al hecho medido de que el crecimiento económico genera mejoras en la calidad de vida hasta cierto punto en que más crecimiento estanca dicha calida o la hace disminuir progresivamente. La riqueza extra que se genera desde ese umbral es usada para paliar los efectos negativos del crecimiento, como la medicina curativa de alra tecnología, la lucha contra la delincuencia o los trastornos mentales. También Ivan Ilich planteó que todos los sistemas tanto sociales como tecnológicos tienen ciertos límites en que los costos y efectos negativos empiezan a superar los beneficios de su uso. Incluso la misma naturaleza de la convivencialidad esta relacionada con estos umbrales: “Debemos reconocer que la esclavitud humana no fue abolida por la máquina, sino que solamente obtuvo un nuevo rostro, pues al trasponer un umbral, la herramienta se convierte de servidor en déspota. Pasado un umbral la sociedad se convierte en una escuela, un hospital o una prisión. Es entonces cuando comienza el gran encierro. Importa ubicar precisamente en dónde se encuentra este umbral crítico para cada componente del equilibrio global. Entonces será posible articular de forma nueva la milenaria tríada del hombre, de la herramienta y de la sociedad. Llamo convivencial a aquella en que la herramienta moderna esta al servicio de la persona integrada a la colectividad y no al servicio de un cuerpo de espacialistas. Convivencial es la sociedad en la que el hombre controla la herramienta” El desempleo creador, 1977

 

Anticipo aquí el concepto de equilibrio multidimensional de la vida humana. Dentro del espacio que traza este concepto, podremos analizar la relación del hombre con su herramienta. Aplicando “el análisis dimensional” esta relación adquirirá una significación absoluta “natural”. En cada una de sus dimensiones, este equilibrio de la vida humana corresponde a una escala natural determinada. Cuando una labor con herramientas sobrepasa un umbral definido por la escala ad hoc, se vuelve contra su fin, amenazando luego destruir el cuerpo social en su totalidad. Es menester determinar con precisión estas escalas y los umbrales que permitan circunscribir el campo de la supervivencia humana”

 

El principio 8 Integra más que segregar me lleva a reflexionar acerca de cómo las simplificaciones dualistas de la realidad nos arrastran tan facilmente. Mi colega de educación Carlos Calvo (ya citado) suele enfatizar que hoy parece que sólo la innovación es buena.... pero hay mucho que merece ser conservado. Me parece muy honesto y prágmático que Holmgren valore la estrategia de la segregación para algunas situaciones y no sólo la de la integración. Igualmenteen en las comunidades hunanas las similitudes ayudan a crear sentido de identidad grupal, pero es la diversidad de habilidades y puntos de vista lo que fomenta de cooperación. El juntarse con los que son “como yo” es una expresión de segregación social que nos empobrece. Otro ejemplo interesante que cita es el patrón de cooperación interna v/s competencia externa. Yo agregaría que ese borde de los que son internos se ha ido estrechando con el tiempo, en el movimiento hacia el individualismo. El escenario de menor disponibilidad de recursos y energía irá progresivamente expandiendo esa línea para incorporar, a más familia, amigos, vecinos o incluso la bioregión con plantas y animales.

 

El hacer énfasis en las relaciones como base de un sistema más que sus componentes, evidencia la base de pensamiento sistémico de la Permacultura. Capra identifica los aportes de la Teoría de sistemas en una forma de pensar tanto contextual (o medioambiental) como procesal, en un enfoque multinivel. El énfasis se mueve de las partes al todo, de objetos a relaciones, de estructuras fijas a procesos. Un sistema natural manejado en base a la segregación es más estable y predecible como lo son las estructuras no vivas... “la sorprendente emergencia de nuevas estructuras y nuevos modelos de comportamiento que es el sello de la autoorganización, se da unicamente cuando el sistema esta alejado del equilibrio” Capra, La trama de la vida.

 

Comments

Sadasat (Marco Gutiérrez)
28 January 2018, 13:53

Una versión más completa y editada como documento descargable ha quedado linkeada en mi PR4 en enero 2018.

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