Correlación Espiritual

El Arbol de la Vida

El árbol de la Vida y el árbol del Mundo son arquetipos comunes en varias mitologías,  culturas y religiones a través de la historia. Son metáforas que nos describen la relación de toda la vida en la tierra en un contexto evolutivo.

El árbol es un símbolo atemporal de espiritualidad, sabiduría, bondad y redención. La mítica del árbol da prioridad a la idea de enraizamiento. Sus múltiples ramas se irradian en todas las direcciones y las hojas y frutas que crecen allí, son signos de riqueza que expresan la abundancia de la naturaleza.

El árbol es pues un modelo o patrón que se utiliza para clasificar la naturaleza, en donde se dice que todo ser vivo comparte funciones y procesos comunes.

El bosque está relacionado con las profundidades de nuestro subconsciente, ya sean estos los bosques felices de los cuentos de hadas o los bosques oscuros hogar de ogros y pantanos donde el héroe debe perderse para encontrarse.

El bosque es el arquetipo de nuestra naturaleza instintiva, nuestra relación espiritual con la naturaleza y el sentido de unidad con el universo.

 

EL YGGDRASIL (El Caballo de Odín)

El Fresno Celta

El Yggdrasil es un fresno que simboliza el árbol de la vida en la mitología celta, el  lugar de apoyo y equilibrio de todo el universo. Sus raíces y ramas mantienen unidos los nueve mundos en los que viven los diferentes seres; dioses, gigantes, enanos, elfos y humanos. Nueve mundos posee Yggdrasil, y por ellos pasó Odín antes de obtener el secreto de las runas.

Sus raíces se profundizan en el inframundo de donde obtiene su sabiduría, es el eje de equilibrio entre el cielo, la tierra y el reino de los hombres.

Existe una intensa actividad dentro del gran fresno. Serpientes y un dragón roen  sus raíces; los ciervos pastan en las hojas; Un  águila que se posa en su corona y  hace que sus alas produzcan vientos y tormentas por toda la Tierra. Por lo tanto, la vida de Yggdrasil está constantemente amenazada, tal como la del hombre.

 El Yggdrasil personifica el destino, el reflejo  del ser humano y su naturaleza profundamente terrestre y perecedera es el árbol. De hecho, a pesar que vive mucho tiempo, el árbol tiene un periodo limitado de tiempo de vida, que le da un carácter de vulnerabilidad. El árbol crece en la tierra y asciende al cielo. Su vida se determina como la del hombre. Así que es normal que se le viera como una imagen del destino.

 

El Arbol de la vida en el Judeocristianismo

El árbol de la vida y el árbol del conocimiento se encuentran en el jardín del Edén.

Según estas tradiciones, el que comiese de los frutos del árbol de la vida gozaría de vida eterna y el que comiera los frutos del árbol del conocimiento o árbol del bien y del mal conocería la muerte y el sufrimiento.

Génesis 3:22: Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.

El Árbol de la Vida simboliza la Unidad; el del Conocimiento, la dualidad. El Árbol de la Vida es fuente de Sabiduría Divina, Espiritual; en cambio, el Árbol del Conocimiento representa el conocimiento terrenal y mundano.

Jesús a su vez trae un nuevo significado por su muerte en la cruz, culturalmente el árbol del mundo representa los cuatro puntos cardinales y la crucifixión sería el simbolismo de la regeneración y salvación del mundo. El árbol como símbolo máximo de redención.

 

El árbol de Buda

Según la leyenda Buda obtuvo su iluminación espiritual mientras estaba sentado meditando bajo un árbol llamado Bodhi (Ficus religiosa) en la India.

El héroe y el Santo como encarnaciones de Dios son el ombligo del mundo, el centro umbilical a través del cual las energías de la eternidad irrumpen en el tiempo. De este modo el ombligo del mundo es el centro de la creación continua; el misterio de mantenimiento del mundo por medio del continuo milagro de la vivificación que corre dentro de todas las cosas (Campbell Josef, 1949)

El árbol Bodhi es el árbol del mundo, alrededor del cual el mundo gira. Es el símbolo del conocimiento y del Ser supremo.

 

El Arbol en las Culturas Americanas Prehispánicas

Y la Tierra joven sintió crecer el Árbol,
nacido entre la espuma,

hijo del Dios-lombriz.

El Árbol producía alimentos de toda especie:

frutas y animales colgaban de sus ramas,

las gentes medraban a su sombra.

Pasaron las lunas y las lunas…

El Árbol creció tanto, tanto…

preciso fue derribarlo para obtener alimento.

Tumbado, el tronco inmenso formó el gran Amazonas,

sus ramas, la red casi infinita de sus afluentes

y hojas y semillas regadas por doquiera

dieron origen a la selva inmensa

sustento de las bestias y los hombres

 Poema de origen Huitoto

 

La Ceiba era un árbol sagrado para los mayas. La altura de este árbol hizo creer a ellos que sus ramas soportaban a los cielos, mientras que sus profundas raíces eran los medios de comunicación entre el mundo de los vivos y el Inframundo.

El árbol de la vida en las culturas Andinas

El Árbol del Mundo conecta los tres mundos: el superior, el intermedio y el inferior. Constituye una escalera interdimensional hacia otras realidades. Como alegoría también la encontramos en el continente americano, cuyas tradiciones suelen representar al Árbol del Mundo en relación a las cuatro direcciones cardinales. Con ello, el tronco del árbol se transforma en un eje, el Axis Mundi, que señala el punto medio en el que convergen todas las direcciones; aquella quinta dirección desde la que nos podemos desplazar hacia arriba o abajo, hacia afuera o adentro, hacia el macrocosmos o el microcosmos. En la cosmovisión andina, tal alegoría viene representada por la Chakana. (Marc Torra)